top of page

Después de la calma

José Manuel Moreno del Pozo

Después de la calma
fuimos dos temerarios despreocupados
creíamos que lo teníamos todo
y apretaste tu alegría contra mi pecho
como si nada hubiera pasado.
Fuimos dos temerarios despreocupados
creímos poder reír olvidando todo,
por eso te aferraste a mi ingenuidad

El idilio se largó por la puerta de atrás
ya no hay vuelta de hoja o eso creíamos,
porque él hasta nunca es efímero.

Te veo cuando no me miras
apoyada en la ventana
desabrochándose las lágrimas
cuando se suicida el llanto.
Los errores que firmamos
ya no temen la lejanía
ni un hasta luego.

Me miras y te miro
con el titubeo de un suicida
antes de esparcir
lo que queda de su cabeza
por el asfalto tibio.

Despides a la incertidumbre
y apoyas tu cabeza sobre mi pecho
y aunque no te lo diga
reconozco que me alegro.

bottom of page