Nunca las gracias han sido
con tantas deudas,
la piel tan gratificante,
el recuerdo tan amargo.
Nunca las gracias
se han teñido de oscuro
y de llanto
y de roces
de memoria.
Nunca antes habíamos olvidado
lo que era amar
y nunca antes hemos agradecido
ese recuerdo.
Gracias.