top of page
El tráfico urbano

coches

Todo iba muy rápido cuando me montaba en el coche de mi padre. Los árboles corrían hacia atrás porque llegaba tarde a alguna parte. Y la Luna me perseguía. Fue mi primera acosadora. Cuando le decía lo que realmente pasaba, que el mundo no llegaba a donde habíamos quedado, él me miraba con ojos de trapo. Le importaban otras cosas como los números o el dinero, y no que me persiguiera un satélite conocido.

Cuándo me compré mi primer coche, y supe que yo iba hacia delante y no el mundo hacia atrás, no dejé de mirar la Luna por el retrovisor. Por si acaso

página 5 / 6

bottom of page