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El cuaderno

blanco

Nunca me vi en un espejo con claridad, solo veía un ser con ojos que observan y oídos que escuchan. También había hilos de ideas, de ideas que hacen daño. Decidí que si no podía romper esos hilos mis manos hablarían. Y eso hice. Tengo un pequeño cuaderno, un cuaderno blanco. Plasmo mis dolores de alma, ideas que nunca había sacado del aire. Al leer, el cuaderno deja de ser blanco donde ha explotado mi corazón de tinta y sin aire.

 

Cada hoja es ahora espejo, pulida blancura. Y aquellos hilos han quedado atrás

                                                    donde aguarda el silencio

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