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El reino


En la pasada edición de los premios goya El reino acaparó gran parte de los galardones, pese a perder el premio a mejor que película. Consiguió siete premios: dirección, guión original, sonido, actor, actor de reparto, montaje y banda sonora. La película partía como una de las favoritas tras haber arrasado en festival de San Sebastián y haber cosechado estupendas críticas en su paso por cines.

Para al que le coja de nuevas, El reino trata sobre Manuel (Antonio de la Torre), un influyente vicesecretario autonómico que lo tiene todo a favor para dar el salto a la política nacional, cuya vida se desmorona a partir de unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción. Mientras los medios de comunicación empiezan a hacerse eco de las dimensiones del escándalo, el partido cierra filas. Manuel es expulsado, señalado por la opinión pública y traicionado por los que hasta hacía unas horas eran sus amigos. Aunque el partido pretende que cargue con toda la responsabilidad, Manuel no se resigna a caer solo y se verá obligado a luchar contra una maquinaria de corrupción que lleva años engrasada.


Lo que a simple vista podría parecer un aburrido resumen de lo que se ve diariamente por televisión, resulta ser un thriller que te atrapa y mantiene pegado al asiento. Una dirección excelente, complementada a la perfección por un montaje acelerado y violento; y una banda sonora de un tecno anfetamínico que consigue sumergirnos en el mundo de la podredumbre de las altas esferas para mantenernos en tensión en todo momento.

Sorogoyen se consolida así como uno de los mejores directores españoles del panorama actual, tanto por su trabajo en dirección como en guion con Isabel Peña, que dan guantazos en la cara del espectador con mil elementos que pretenden que nos cuestionemos los claro-oscuros del mundo actual y las múltiples caras de la verdad, los bordes de la supremacía y el ansia de dominio de aquellos que nos rodean. Todo esto conforma un retrato de la política que, sin dar siglas políticas, apellidos o ideales, refleja la codicia y la miseria de ese sistematizado y duradero entramado en el que los reyes caen pero los reinos continúan.


Antonio de la Torre interpreta de forma tan acertada su rol de político que, conjugado con la dirección, mantiene al espectador tan alerta como el personaje, en una huida constante de sus propios actos, de sus amigos, de sus enemigos, de su sombra. Consigue hasta que nos pongamos de su lado pese a sus actos deleznables y su falta de moral. El reparto se complementa de forma magistral con Luis Zahera y Jose Maria Pou con actuaciones brillantes y diálogos demoledores. Por otro lado, Ana Wagener y Bárbara Lennie toman el control de la escena cada vez que aparecen como mujeres que llevan la voz cantante.


En definitiva, una de las mejores películas del panorama español de los últimos años, impecable en casi todos los aspectos que trata, para un tema que no podría ser más actual. Recomiendo encarecidamente que la veáis si os gusta el buen cine o pensáis que no hay nada que os pueda hacer interesaros por la política.


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