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Rutina
María Bellver

Corbata bien puesta. Olor a hombre. Una sonrisa de malo y... ¡listo!
Pero le falta algo... su café.
Mira el interior del vaso de plástico. El color oscuro de la bebida le hace recordar. Sonríe cariñosamente y bebe.
Cierra los ojos y saborea. El sabor fuerte. Ese regusto amargo en la garganta. El mejor momento del día.
El olor tan familiar de la bebida le recuerda quien es, cada mañana.
Abre los ojos y busca el azúcar. "¿Tal vez más dulce?" Hecha dos cucharadas...tres. Lo mueve con la misma cucharilla. Un sorbito; "Perfecto, como siempre."
Coge el maletín y las llaves. Abre la puerta y sale. Bebe. Bebe el tiempo mientras baja las escaleras. Llega al bajo, sale del edificio, tira el hombre vacío a la papelera... Otro día más.

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